Surgió un error de sus labios, el tiempo calló como agua derramada de sus botas un día de tormenta.
Dos escalones mas arriba descargó su cuerpo sin miramiento y observa el techo.
La incomodidad le daba fuerzas para sopesar sus opciones.
Por el patio se asomaban los lloros de la primavera y los tendederos entre avivadas manos se iban desnudando, como su boca vacia.
Había ahuecado la ambiguedad de sus gestos , expulsandola con la lengua, y salpicando el suelo.
No había nadie más ahi abajo..
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